martes, 16 de marzo de 2010

"Up": Una maravillosa historia de amor en 4 minutos

Up”, la última película de Pixar, es una cinta llena de magia y ensueño, pero rebosante de humanidad, al mismo tiempo; una historia fantástica, pero a la vez con los pies en el suelo: con enseñanzas muy humanas, muy familiares, muy... cotidianas.

En este cuento irreal, se anudan sentimientos muy reales y valiosos: el cariño en los detalles, el amor de cada día, la ternura en lo concreto; y nostalgia, bondad, alegría; y compartir las tristezas y los gozos, que es compartir la vida entera; y la amistad de un anciano con un niño, y redescubrir en esta amistad la ilusión perdida... ¿Cómo no va a emocionarnos una película así?

Con todo, lo mejor de ella está en los primeros quince minutos. Tiene un arranque espléndido, en el que un niño de apenas diez años -el aventurero y soñador Carl- descubre un buen día a la mujer de su vida: Ellie, una niña aún más soñadora y aventurera que él, que le muestra su pequeño album de aventuras ("My Adventure Book") y le habla de un lugar maravilloso e ignoto... A ese lugar -“Las cataratas del Paraíso”, en plena selva venezolana- sueña con ir algún día, y él promete sobre su corazón que algún día la llevará allí...

Y de repente, llega una auténtica joya en miniatura: la comprimida historia de amor (sin diálogos, en tan solo 4 minutos) entre el protagonista y esa compañera de viaje que, en apariencia, se fue de este mundo sin ver cumplido su sueño. Es, sin duda, un momento excepcional (que el espectador infantil no comprenderá tan bien como el adulto), porque esa historia de Carl y Ellie es una historia sencilla, como tantas otras, pero llena de amor en sus pequeños detalles.

La vemos transcurrir en silencio, contada con ilusión y ternura, desde el comienzo en una boda alegre -que cambia el rumbo de sus sueños infantiles- hasta el triste final de una separación... que sólo en apariencia es definitiva.

Es una auténtica lección de amor en el matrimonio, y por eso creo que puede utilizarse con fines didácticos: para un modesto cine-fórum que sólo necesita 4 minutos para hacernos pensar, y conmovernos.

Os ofrezco aquí esta magnífica secuencia y luego dejaré algunos puntos para un posible cine-fórum: para pensar y dialogar sobre amor, familia y matrimonio.


(Para ver el vídeo en Facebook, pincha en el recuadro de abajo "Ver la publicación original")

Puntos de análisis de la secuencia:
1. Dos familias que se encuentran; y, a veces, la de ella es distinta a la de él...

2. Casarse es compartir tareas, sueños y aficiones; y, sobre todo, proyectos...

3. El primero de ellos es la propia casa: crear un hogar.

4. Olvidar y disimular los errores del otro (escena de las marcas de las manos en el buzón recién pintado).

5. Amar es también soñar con los hijos (escena de las nubes y de la preparación del cuarto).

6. ... Y, también, aceptar que Dios no quiera enviarlos.

7. En ese caso, Dios pone delante otros horizontes y otras aventuras.

8. Sueños grandes y realidades menudas: ahorrar para una ilusión (el bote de cristal)... aunque luego no llegue a cumplirse.

9. Siempre lo mismo, un día y otro, con ilusión renovada (El nudo de la corbata, la limpieza en la casa, la lectura en el salón).

10. Siempre enamorados, como el primer día (escena del baile, cuando son ancianos).

11. Valorar las ilusiones del otro. Y sorprenderlo (el billete a Venezuela).

12. "Hemos vivido una gran aventura: ahora sigue tú". El adiós definitivo.

(¿Queréis añadir algún punto más? Espero vuestros comentarios...)

lunes, 15 de marzo de 2010

Katyn arrasa en los XV Premios de cine Alfa y Omega

La semana pasada se entregaron en Madrid los "Premios de Cine Alfa y Omega 2009". La película “Katyn”, en la que Andrej Wajda cuenta la masacre de 22.000 oficiales polacos -uno de ellos su propio padre- a manos del ejército soviético en 1940, ha sido la gran trinufadora con cuatro importantes galardones: mejor película extranjera, mejor director, mejor película con valores religiosos y mejor película histórica.

La película recuerda el crimen soviético, no reconocido por Rusia hasta el 1990, cometido mientras la URSS invadía Polonia por el Este y los nazis por el Oeste. Y lo cuenta de una manera muy original, a través de los últimos días de los oficiales asesinados. El bosque cercano Kiev donde murieron los militares polacos por orden de Stalin da nombre a la cinta.

La siguiente película más premiada ha sido “Amazing Grace”, de Michael Apted: un homenaje a William Wiberforce, parlamentario de la Cámara de los Comunes, que dedicó su vida entera a la lucha contra la esclavitud y las injusticias sociales. Este filme comparte con “Katyn” aspectos como su carácter histórico y la importancia que tiene la fe para sus protagonistas. Pero sus dos premios fueron de menor entidad: mejor actriz de reparto para Romola Garai, como la entusiasta novia -y luego esposa- del político William Wilberforce; y mejor banda sonora por la "vigorosa y emotiva” partitura de David Arnold.

Los otros galardones en el campo de la interpretación (siempre relacionada con valores cristianos) estuvieron muy repartidos: Melissa Leo se llevó el de mejor actriz por “Frozen River”, Clint Eastwood el de mejor actor por “Gran Torino”, y Frank Langella el de mejor secundario por “El desafío. Frost contra Nixon”.

El premio al mejor guión ha sido para “Despedidas” (Yojiro Takita), la delicada historia de un violonchelista que se ve obligado a trabajar en una empresa funeraria de un pequeño pueblo. En el terreno artístico, “Slumdog millionaire” se alzó con el premio a la mejor fotografía.
De todas estas películas (especialmente de “Katyn, “Amazing Grace, “Gran Torinoy “Slumdog millionaire) os hablé en el post dedicado a Las mejores películas de cine espiritual en 2009, y me alegra ver que, en lo referente a las cintas con con valores cristianos, coincido con el jurado de los Premios Alfa y Omega.

Finalmente, la película “Up”, de Pete Docter y Bob Peterson, ha ganado el premio a la mejor película familiar, y “Still Walking”, de Hirokazu Koreeda, el galardón a la mejor película sobre la familia.

El acto de entrega de los galardones estuvo presidido por el obispo auxiliar de Madrid, monseñor César Franco, y fue presentado por el director del semanario Alfa y Omega, Miguel Ángel Velasco. El director del Departamento de Cine de la Conferencia Episcopal Española, Juan Orellana, leyó los premios en nombre del jurado.

Un análisis detallado de estos premios podéis verlo en CinemaNet.

viernes, 12 de marzo de 2010

Gary Cooper, la Iglesia Católica... y un amigo fiel

En la historia de cada conversión, junto a la insondable intervención divina, se da también la mediación humana: un amigo, un familiar, un compañero de fatigas... que sabe orientar, sin violencia, en el momento oportuno…

Frank James Cooper nació en Montana (Estados Unidos) el 7 de mayo de 1901. Era hijo de unos inmigrantes ingleses, que poseían de un inmenso rancho. El futuro actor aprendió allí a montar a caballo, habilidad que demostraría después en numerosos westerns.

Tras cursar estudios primarios en Inglaterra, regresó a montana y trabajó como dibujante de tiras cómicas en diversas publicaciones. Después decidió probar fortuna en el cine, y en los años veinte logró pequeños papeles en películas del Oeste, en las que ya se acreditaba como Gary Cooper. A mitad de los treinta es una de las máximas estrellas de Hollywood: rueda grandes filmes como “Adios a las armas” (1932), “Tres lanceros bengalíes” (1935) o “Beau Geste” (1939). En 1941 logra su primer Óscar por “El sargento York”, y en 1952, el segundo por “Sólo ante el peligro”.

Precisamente en esos años es cuando tiene lugar su encuentro con el Papa Pío XII. Su esposa y su hija eran católicas, y él accedió a acompañarlas cuando consiguieron ser recibidas por el Santo Padre. En el libro que escribió sobre su padre, su hija Mary recordaba aquel momento: “El entusiasmo nos embargó a todos a medida que se aproximaba la audiencia con el Papa. (…) Estábamos todos en una sala dorada del Vaticano con una veintena de invitados más. Habíamos comprado rosarios, anillos y medallas para que los bendijera Su Santidad, y papá tenía un buen puñado de esos objetos en sus manos. Cuando el Papa llegó a su lado, quiso arrodillarse para besarle la mano, y perdió un poco el equilibrio. Se le cayeron entonces todas las medallas, perlas y rosarios, que rodaron con estrépito por toda la habitación. Algunas quedaron bajo el manto del Pontífice, que supo sacar a mi padre de su monumental vergüenza con una sonrisa y un gesto de comprensión”.

A mitad de los cincuenta –sigue recordado su hija- “comenzó a pensar en su posible conversión. No hablaba mucho de ello, simplemente nos acompañaba a Misa casi todos los domingos. La excusa que daba era que deseaba oír los fantásticos sermones del padre Harold Ford”.

Este joven y celoso sacerdote correspondió al interés de Gary Cooper con una dedicación entusiasta: “No le sermoneó con el azufre y el fuego del infierno –escribe Mary en su libro- sino que supo hacerse amigo suyo. (…). Mi madre le invitó un día a merendar para que pudiera charlar con mi padre. Y, nada más entrar en la sala de armas, se ganó a mi padre manifestando un gran deseo de practicar la caza y la pesca. En los meses siguientes fue su compañero inseparable en el buceo, la caza y todo tipo de excursiones”.

Durante aquellas salidas, el padre Ford fue explicando a Gary Cooper la riqueza insondable de la Fe católica. Y, cuando ya casi estaba decidido, le dio a leer “La montaña de los siete círculos”, una autobiografía del monje Thomas Merton en el que narra su conversión. Aquello fue el empujón definitivo. El ya veterano actor se bautizó en la Iglesia católica en mayo de 1959, apadrinado por su amigo Shirley Burden, que era también converso.

A las pocas semanas de su conversión, empezaron a manifestarse los primeros síntomas del cáncer que le llevaría a la tumba. Luchó en silencio con su enfermedad, mientras rodaba sus últimas películas: “El árbol del ahorcado” (1959), “Misterio en el barco perdido” (1960) y “Sombras de sospecha” (1961). Con la salud ya deteriorada, en 1960 recibió un Óscar especial de la Academia “por su larga y extraordinaria carrera”. Durante 35 años, había intervenido en más de cien películas, la mayoría como protagonista. Murió el 13 de mayo de 1961 y fue enterrado en el cementerio católico de Santa Mónica.

En octubre de ese año, Thomas Merton escribió una carta a su hija Mary en la que le decía: “Como todo el mundo, yo también adoro las películas de Gary Cooper. Aunque sea monje, me encanta verlas. Incluso tuve la secreta esperanza de que, si algún día ‘La montaña de los siete círculos’ se llevaba a la pantalla, tu padre sería el protagonista del filme. Por muchos motivos, me hubiera gustado mucho que hiciera ese papel”.

La influencia de su conversión fue enorme en el mundo de los artistas. Ernest Hemingway, que fue un gran amigo suyo, recuerda que pocas semanas antes de la muerte del actor hablaron largo y tendido sobre el catolicismo. Al final, con la voz muy seria, Gary Cooper le dijo: “Tú sabes que tomé la decisión correcta”. Según reconoció después, Hemingway no olvidaría nunca aquella conversación. Aquel moribundo tumbado en la cama le había parecido la persona más feliz de la tierra.

viernes, 5 de marzo de 2010

“The Blind Side”, un filme cristiano candidato a los Oscars

The Blind Side” es, sin duda, la gran sorpresa del año. Estrenada de modo discreto en Estados Unidos, la película alcanzó de repente un formidable éxito de taquilla y ha terminado por ser una de las cintas más vistas el pasado año. El filme costó 29 millones de dólares, y en poco más de 2 meses superó los 210 millones de dólares en la taquilla de Canadá y Norteamérica. Muchos atribuyen ese éxito a la brillante interpretación de Sandra Bullock, y como consecuencia, esta actriz se ha convertido de la noche a la mañana en la intérprete más taquillera de Hollywood. Como señalaba la revista "Variety", Bullock ha conseguido el curioso récord de ser “la primera actriz en superar los 200 millones de dólares en una película protagonizada por una mujer”.

Todo esto tendría sólo un moderado interés si no fuese porque “The Blind Side” es… una película de inspiración cristiana. Desde su estreno, surgió en los medios de comunicación norteamericanos un profundo debate acerca de los valores y las creencias en el cine, y muchos espectadores cuestionaban abiertamente a las grandes productoras: “¿por qué no se ve más a menudo un cine así?”. Se referían, por supuesto, a un cine que represente los valores cristianos. No es extraño, por eso, que varias instituciones ligadas a distintas confesiones cristianas hayan organizado un gran movimiento de apoyo al filme, y hayan conseguido movilizar masivamente a las audiencias, como ya ocurrió con “La Pasión de Cristo”, “Prueba de fuego” o “Bella”.

La verdadera sorpresa del filme –más sorprendente aún que su éxito en taquilla- ha sido el haber logrado ¡dos nominaciones importantes a los Óscars de la Academia!: el de mejor película y el de mejor actriz...
 Si bien el primero parece difícil, el segundo es mucho más que una mera posibilidad. De hecho, en la pasada edición de los Globos de Oro -considerados “la antesala de los Oscar”- Sandra Bullock se llevó por esa interpretación el premio a la Mejor Actriz del año. Ahora mismo, las encuestas la señalan como la candidata a llevarse el Óscar, que sería el primero en su carrera como artista. Hollywood podría reconocer así el creciente auge del cine cristiano en la industria del cine. Un cine familiar, que no está ni muchísimo menos reñido con una excelente calidad técnica y narrativa.

Basada en hechos reales, “The Blind Side” (aún no tiene título español) narra la historia de un joven afroamericano sin hogar, Michael Oher, que encuentra ayuda y cobijo en una familia blanca, dispuesta a prestarle el apoyo necesario tanto en su relación con los demás como en su aspiración de convertirse en estrella de fútbol americano. El apoyo le vendrá, sobre todo, de su madre adoptiva, Leigh Anne Tuohy, una madre luchadora y devotamente cristiana que infundirá en él autoestima, afán de superación, capacidad de perdón y una profunda fe en Dios. Por su parte el chico también influirá en la vida de los miembros de la familia Touhy, cada uno de los cuales atravesará experiencias muy significativas de amor y redención personal.

La cinta, del director John Lee Hancock, presenta de modo muy atractivo la evolución de Oher: de adolescente desarraigado y abatido por los golpes de la vida, a ser una estrella de fútbol en los Ravens de Baltimore.

Con todo, el punto fuerte de la película es, sin duda, la interpretación de Sandra Bullock, que ofrece aquí la mejor actuación de su carrera. Este trabajo le ha valido primero el reconocimiento unánime de la crítica; y después -hace un par de meses-, el Globo de Oro como mejor actriz dramática. La pregunta es: ¿conseguirá también el premio de la Academia?

La respuesta, este domingo 7 de marzo, en la gala de los Oscars.

miércoles, 3 de marzo de 2010

La conversión de Eduardo Verástegui

En la vida de cada persona, Dios ha dispuesto el momento de la luz, del encuentro, de la conversión. A veces aparece de repente, sin un motivo previo, como en San Pablo. Otras, como en San Agustín, viene precedido por años de oración y de sufrimiento: la oración y las lágrimas de una madre que arrancan del Cielo una gracia formidable. Esa es también la historia de Eduardo Verástegui.

Nacido en Tamaulipas (México) el 21 de mayo de 1974, Eduardo fue el primer hijo de José Verástegui y Alicia Córdoba, un matrimonio de agricultores que habían contraído matrimonio un año antes.

Tras una infancia agitada, en 1991, con sólo 17 años, abandonó los estudios para irse a México D. F. y probar fortuna en el mundo del espectáculo. Trabajó como camarero durante un par de años y en enero de 1994 puso en marcha el grupo musical Kairo junto con tres amigos. Su primer disco fue “Signo del tiempo”, que se hizo muy popular entre los adolescentes. Su single “En los espejos de un café” se repuso durante meses en les emisoras de radio. Después llegaron otros dos discos: “Gaudium” en 1995 y “Cara a cara” en 1996. Estaba en la cresta de la ola cuando decide separarse del grupo y continuar su carrera musical en solitario.

Por aquella época, fue contratado como actor en varias telenovelas mejicanas: interpretó a Daniel en “Una luz en el camino” (1997), a Manuel en “Soñadoras” (1998), y al Dr. Ramiro Belmont en “Tres mujeres” (1999). Simultáneamente, trabajó también como modelo para diversas marcas internacionales: Calvin Klein, Coca-cola, Verssace…

Creció entonces su fama de vida licenciosa, de “latin lover” y de amigo de fiestas nocturnas. Sus padres sufrieron mucho en aquellos años, como recordará tiempo después el propio Eduardo. Su madre, al ver que no hacía caso de sus reconvenciones, empezó a rezar por él, pidiéndole a la Virgen de Guadalupe que su hijo se convirtiera.

Creo que las oraciones de mi madre han tenido mucho que ver en mi actual estilo de vida –reconocía en una entrevista-. Ya sabes lo que se dice: 'No hay nada más poderoso que las oraciones de una madre por sus hijos'. Después de ver mi caso, estoy convencido de ello. Todo el cambio que he experimentado en mi vida, las personas nuevas que se me acercaron en mi crisis, no me cabe duda que han sido fruto de las oraciones de mi madre”.

Con 28 años consigue dar el salto a Hollywood y ser contratado como actor en la película Chasing Papi (2003). Un buen día su vida da un giro de 180 grados cuando su profesora de inglés le hace reflexionar sobre el vacío de su vida: “Cuando caí en la cuenta de que tenía razón, empecé a temblar por dentro todas las noches”. Un sacerdote mexicano se cruza en su camino y le ayuda en esas horas de angustia. Le proporciona lecturas que le hacen descubrir la hermosura de la vida cristiana. Sobre todo, se queda fascinado al leer una biografía de S. Francisco de Asís.

Es el principio de su conversión. Comienza a asistir a misa todos los días. Con ayuda de otro sacerdote, D. Francisco, se decide a hacer una confesión general. “Tras una larga preparación –cuenta el propio Verastegui- hice una confesión de casi tres horas que me dejó exhausto, pero plenamente feliz”. Es lo que el actor considera su segundo momento de conversión. “Comprendí que no había nacido para ser actor u otra cosa, sino para conocer, amar y servir a Jesucristo”.

Empujado por el fervor de la conversión, decide vender todos sus bienes e irse a Brasil como misionero; pero su confesor he hace ver que Dios le quiere en medio del mundo: es ahí, en el ámbito de las películas y en su trabajo como actor, donde puede encontrar a Jesucristo y donde —mejor que nadie— puede darle a conocer: “Ahí Cristo es más necesario, si cabe, que en la jungla”.

Convencido de esta misión, funda con Leo Severino y Alejandro Monteverde una productora “para la realización de filmes de grandes valores espirituales y morales”, y la denominó Metanoia (conversión, en griego). En su primera rueda de prensa, declaró: “Nunca más volveré a trabajar en un proyecto que ofenda a mi fe, a mis convicciones morales o a los de mi raza”. Y, en efecto, su película Bella (2006) fue un canto a la vida y a la dignidad de la persona humana, y un valiente alegato contra el aborto. De hecho, más de cincuenta mujeres —según afirma el propio Verástegui— decidieron continuar con su embarazo después de ver la cinta, “y ésa ha sido mi más preciada recompensa”, afirmó.

Antes de iniciar la promoción de la película, fue al santuario de Nª Sª de Guadalupe para ofrecer a la Virgen su película y pedirle a Ella que hiciera un gran bien en favor de la vida. Contra todo pronóstico, ese modesto filme ganó el primer premio en el famoso Festival de Toronto. En los meses siguientes, y apoyado por cientos de voluntarios, consiguió una gran promoción de la película en las semanas previas a cada uno de los estrenos. País por país fue trabajando uno a uno los mercados cinematográficos para que todoslos que quisieran pudieran verla. En España y en México llegó a colarse entre los filmes más taquilleros de 2008.

Cuando la cinta terminó su carrera, otros proyectos le aguardaban en su cartera: un cortometraje maravilloso (The Butterfly Circus, El circo de la mariposa) con el que ha ganado diversos premios (podéis verlo aquí); un proyecto sobre la vida de Jesús (Kingdom Come), del que os hablé en otro post, y que ahora lucha denodadamente por salir adelante.
Comprometido con la causa “pro-vida”, ha participado en campañas de apoyo a madres desasistidas y ha proclamado a los cuatro vientos que “el aborto es un crimen contra la mujer y contra la humanidad”. En esta línea, ha colaborado con diversas iniciativas pro-vida, como “Red madre” o “Derecho a vivir”.

Recientemente ha confesado que volvería a vender “perritos calientes” en su Tamaulipas natal antes de rodar una película de la que pudiera avergonzarse algún día: “Si el día de mañana voy a casarme y tener hijos, que mis hijos estén orgullosos de su padre. Si he decidido llevar una vida íntegra, debo serlo hasta el final. No me gustan las medias tintas. Sea quien sea quien esté detrás del mejor proyecto, no voy a hacer nada que vaya contra mis principios; porque si acepto, eso es venderme y volveré a acabar viviendo una mentira”.

Cuando le preguntan qué es lo que más ha aprendido de sus padres, no duda en responder: “Mi fe. Es un regalo que Dios me dio a través de ellos”.