domingo, 30 de octubre de 2011

Elogio de la valentía y de la amistad: "Tintín: El secreto del Unicornio"

Por fin llega a las pantallas esta esperada película de Steven Spielberg, íntegramente rodada en animación por captura de movimiento y en 3D estereoscópico. En ella, Spielber, con Peter Jackson como coproductor, adapta tres de los 24 álbumes de Tintín, el joven periodista de cómic, curioso y aventurero, creado en 1929 por Hergé. Unos álbumes que han sido traducidos a 80 idiomas, y de los que se han vendido más de 350 millones de ejemplares en todo el mundo.

En concreto, el filme de Spielberg integra elementos de El cangrejo de las pinzas de oro (1940-1941), El secreto del Unicornio (1942-1943) y El tesoro de Rackhman el Rojo (1943). Lo mejor de la película es la libertad creativa con que Spielberg afronta la recreación del universo imaginado por Hergé, sin dejar de ser fiel al espíritu de los cómics originales.

Su animación sigue mostrando las limitaciones de la captura de movimiento a partir de las interpretaciones previas de actores, sobre todo en los andares de Milú y otros animales. Pero, a la vez, permite a Spielberg desplegar una planificación impresionante, llena de tomas imposibles para la imagen real, en la que deslumbran sus muchas virtudes como narrador de historias, así como el esmeradísimo trabajo de todo su equipo en el diseño de personajes y en la elaboración de unos fondos sencillamente antológicos.

Esa excelencia técnica se articula en un guión chispeante –eficaz tanto en la intriga como en el drama o el humor–, desarrollado a ritmo trepidante por el sensacional montaje de Michael Khan. Por su parte, el veterano John Williams acierta en su arriesgada partitura musical –menos sinfónica y más minimalista de lo que es habitual en él–, y redondea así una gran película para todos los públicos, algo violenta en alguna escena, pero que refleja muy bien el elogio de la honestidad profesional, la amistad y la valentía del popular personaje de Hergé, uno de los grandes del noveno arte.

(Jerónimo José Martín, Aceprensa)

jueves, 27 de octubre de 2011

Tsunami de Australia: "¡Salven primero a mi hermano!"


El 12 de enero de 2011, la señora Donna Rice y sus dos hijos, Jordan y Blake, de diez y trece años de edad, regresaban a casa después de hacer unas compras. Llovía mucho. Eran conscientes del mal tiempo que reinaba durante esa semana en la mayor parte del país, especialmente en la zona donde vivían, en los suburbios de Brisbane, la tercera ciudad más populosa de Australia. Lo que no podían imaginar era que en poco tiempo estarían rodeados sin remedio por el agua.

La tromba de agua que aquella tarde arrasó Toowoomba, en la zona oeste de Brisbane, fue descrita por testigos presenciales como un furioso tsunami que arrastraba automóviles, arrancaba árboles y destruía viviendas con enorme facilidad.

La familia Rice no tardó mucho en darse cuenta de que sus vidas corrían peligro. La madre llamó a los servicios de emergencia, que le recomendaron permanecer dentro del vehículo. Pero a los pocos minutos se vieron arrastrados por la corriente. Enseguida se encontraron con que estaban ya en esa delgada línea que separa la vida de la muerte. Finalmente el coche se detuvo, pero el nivel del agua seguía creciendo, por lo que Donna y sus dos hijos tuvieron que subirse al techo del automóvil. El conductor de un camión que pasaba por allí logró descolgarse con una cuerda y llegar hasta ellos. Tendió la mano a Jordan, pero su respuesta fue muy clara: “Salve primero a mi hermano.

Así lo hizo aquel hombre, que logró poner a salvo a Blake, pero la cuerda se rompió cuando intentaba salvar a su madre y a Jordan, que fueron arrastrados aguas abajo. Pudieron aferrarse a un árbol durante unos minutos, pero enseguida fueron absorbidos por la corriente y perecieron.

Esta historia, dramáticamente real, nos permite considerar un tema tan fundamental como es la capacidad de renuncia a uno mismo por amor al otro. Jordan Rice no dudó en pedir que salvaran primero a su hermano, probablemente con plena conciencia de que se jugaba con ello la vida. Su generosidad le permitió superar un estado de miedo en el que sin duda su instinto de conservación le empujaba a salvarse él primero. Su gesto es un claro testimonio de lo que puede ser capaz el hombre, una muestra de que en su interior hay siempre semillas de grandeza, arranques generosos que hacen el mundo más humano y más habitable, más llevaderas las penas que cualquier vida encierra.

Me pregunto, como su padre, por qué Jordan hizo aquello, qué pasaría por su mente en esos momentos. Su reacción sería, supongo, la de su modo de ser habitual. Aquel chico estaría educado en ese sencillo sentido de centrar la vida en los demás, habría aprendido a sacrificarse por ellos, a sentir lo de los demás como propio. Aquella familia, no sabemos si de mucha cultura pero desde luego de enorme sabiduría, quizá de pocas letras pero gigante en los valores que engrandecen la vida de los hombres, ha sido tierra fértil para que surja esa excelencia moral.

Su vida ha sido breve, pero seguro que con más sentido y mejor vivida que muchas otras muy largas y relevantes, puesto que lo importante no es cuánto se vive, sino cómo se vive.

Alfonso Aguiló (Hacer Familia)

lunes, 24 de octubre de 2011

Spot de la semana: "¡Nunca te olvidaremos, papá!"

El Alzhemier es denominada "la enfermedad del olvido". Es una enfermedad degenerativa de las neuronas, de carácter progresivo, que actualmente no tiene curación. Las personas que lo padecen ven poco a poco cómo va desapareciendo su vida, su historia; las relaciones que alimentaron durante años, el recuerdo de sus seres queridos. Su vida va disolviéndose en la nada, y eso no es fácil de asumir.

Pero si es terrible para los enfermos, más terrible y más angustiosa aún resulta esta para quienes están a su lado: amigos, vecinos... y, sobre todo, familiares. Ellos ven, impotentes, cómo el abuelo o el padre o el tío se les va sin remedio: les roba su memoria, su alma, su cariño. La enfermedad avanza inexorable día a día, impertérrita, como un cáncer del espíritu que sufren angustiados quienes están a su alrededor.

En España afecta a cerca de 800.000 personas, lo que se traduce en que una de cada 10 personas mayores de 65 años. Pero esta cifra, en sí ya muy alta, se dispara al 25% de la población cuando superan los 85 años. Ciertamente, es algo que nos incumbe a todos.

En esta situación, sólo caben dos reacciones. La primera es aceptar la enfermedad: lo que sucede no es culpa suya, ni nuestra. Y si nada podemos hacer por evitarla, aceptémosla, aprendamos a convivir con ella. La segunda es encontrar en esa situación otra forma de demostrarle nuestro cariño, de hacerle ver -porque el enfermo siempre se da cuenta- de que estamos a su lado y de que él es lo más importante de nuestra vida.

Hay una película que lo muestra maravillosamente: La habitación de Marvin (1996), de Zerry Zaks. En ella se nos muestra la diferente reacción de dos hermanas ante la enfermedad degenerativa de Marvin, que le obliga a permanecer en cama, con oxígeno, incapaz de pronunciar palabra. Bessie (Diane Keaton) ha cuidado abnegadamente de su padre, dedicándole lo mejor de su tiempo y cariño, renunciando a planes personales. Lee (Meryl Streep) prefirió alejarse de lo que parecía una vida inútil, con la excusa de atender sus propios asuntos. La enfermedad volverá de nuevo a unirlas, precisamente en aquel lugar que les separó: la habitación de Marvin. Una buena ocasión para volver a ver ese filme.

lunes, 17 de octubre de 2011

Spot de la semana: "El infierno de los periodistas"

Hay una virtud que todos los lectores de prensa diaria esperamos encontrar en quien nos informa; una virtud que, sin duda, debería ser la primera que los profesores de la Facultad de Ciencias de la Comunicación deberíamos suscitar en nuestros alumnos.

Una virtud que todo informador (en cualquier medio y en cualquier género periodístico) debería tener como principal guía de actuación: el amor a la verdad.

¡Son tantas las solicitaciones a las que se ve sometido un periodista! Una primicia sensacional... pero sin confirmar; un reportaje en exclusiva... pero manipulado por las fuentes; una ocasión de triunfo profesional... pero edificado sobre la mentira. Sí, son tantas las tentaciones que le acechan, que el ejercicio diario de esta virtud requiere una fortaleza interior muy grande. Requiere honestidad, prudencia, ecuanimidad, mesura y, sobre todo, respeto a las personas y a los hechos.

Nada puede ser tan deseado y anhelado por el periodista como la verdad. Sin el afán de buscarla y de encontrarla, no hay ciencia ni conocimiento, y tampoco periodismo.

Sí, son tantas las solicitaciones... que deberíamos insistir más en la formación ética de los periodistas; más aún que en la formación cultural o en la meramente técnica.

En este spot, titulado significativamente "El infierno de los periodistas", se alude a varias de esas solicitaciones, quizás las más vehementes o las más frecuentes. Viéndolo, podemos aprender una gran lección sobre el buen periodismo, pero también descubrir algo para nuestras vidas. Y es que, si no buscamos decididamente la verdad, nos convertiremos en marionetas, y nuestras decisiones son movidas por hilos que nunca terminamos de descubrir: la vanidad, el orgullo, el afán de dinero o de poder...

Lo único que nos libera de todo eso es lo mismo que engrandece la noble e importantísima tarea del periodista: el amor a la verdad.

jueves, 13 de octubre de 2011

"Un año más", de Mike Leigh: Historias sobre la familia y la amistad


(Por José Mª Aresté, Aceprensa)

Primavera, verano, otoño, invierno. Un año más, un año menos. Al ritmo estacional seguimos en las cercanías de Londres a un feliz matrimonio que componen Tom, ingeniero geólogo, y Gerri, terapista ocupacional, y sus alrededores: el hijo que no acaba de encontrar novia, la inestable compañera de trabajo de Gerri, el amigo maduro y algo tosco, el hermano que acaba de enviudar.

Historias corrientes sobre la familia y la amistad que tienen la virtud de cobrar un valor extraordinario. Con su parte tierna, su regusto de amargura, e inconfundibles señas de autenticidad.

El británico Mike Leigh (Secretos y mentiras) es un auténtico poeta de lo cotidiano, sabe pintar a la gente de la calle, y mostrar sin estridencias sus cualidades y defectos. Aquí tenemos a un reparto maravilloso, que sabe componer bien a un matrimonio bondadoso, aunque a veces se les empuje hasta el límite de su paciencia: estupendos Jim Broadbent y Ruth Sheen.

Formidable se muestra también Lesley Manville: su personaje se prestaba al histrionismo, y ella la dota de un equilibrio maravilloso en su desequilibrio. Podríamos jugar a repasar todo el reparto y de cada actor extraeríamos valiosas lecciones humanas y de interpretación. Bastan unos instantes en pantalla a Karina Fernandez para que la veamos como la nuera ideal, o a Imelda Staunton para saber que la vida acarrea muchas veces toneladas de sufrimiento, que nos empeñamos en deglutir en soledad.

Hay también acierto en la dirección artística. La paleta de colores corresponde a cada época del año, y en especial los grises desoladores del invierno acompañan muy bien la historia luctuosa, donde se atan los cabos para indicarnos que, pasado un año, la vida continúa, prometedora e incierta.


lunes, 10 de octubre de 2011

Spot de la semana: "El amor a las propias raíces"

Mi amigo Rafael Cañizares, seguidor del blog y amante de la buena cerveza, me envía esta campaña de Cruzcampo, que se estrenó en diciembre de 2009: "Hecha de Andalucía".

¿Por qué la he seleccionado? Porque es simpática, divertida, amable; porque trasmite optimismo y ganas de vivir... Pero, sobre todo, porque habla de un valor que hoy en día está de capa caída y muy necesitado de que lo recuperemos. Me refiero a la virtud de la piedad: no en el sentido de compasión hacia el que sufre (que es una acepción derivada), sino de la "pietas" clásica: la virtud que nos lleva a reconocer y agradecer todo lo que hemos recibido de nuestros mayores: de nuestros padres, de nuestros antepasados, de nuestra tierra.

En el sentido más alto, y en un contexto religioso, la piedad nos lleva a reconocer lo que hemos recibido de Dios: la vida, el ser, sus dones, su ayuda siempre. En un segundo nivel, la piedad nos lleva a los hijos a reconocer lo que debemos a nuestros padres, y a desear cuidarles -más aún cuando no pueden valerse por sí mismos- porque nos han transmitido la vida, la educación, el cariño... ¡todo! En un sentido más amplio, la piedad nos lleva a reconocer lo que debemos a nuestros maestros, educadores, amigos... a todos los que nos han ayudado en nuestra vida, quizás en los momentos difíciles. Y, finalmente, la piedad nos mueve a reconocer la deuda contraída con quienes han forjado nuestra historia y con la tierra en la que hemos nacido.

Sí, de nuestra tierra hemos recibido mucho: hemos heredado una cultura, un carácter, un paisaje, una forma de ser. Eso no nos separa de quienes tienes otra tierra y otras raíces, pero sí nos proporciona identidad. Sabemos quiénes somos, y nos orgullecemos de ser así. Eso es un valor que compartimos y que, siendo cada uno único e irrepetible, a la vez nos hace compatriotas; de alguna forma, no sólo simbólica, nos hace hermanos. Yo, que no nací aquí pero que llevo en Andalucía 18 años, siento una enorme deuda de gratitud por todo lo que he recibido en esta tierra.

Esta es una campaña en la que Cruzcampo se enorgullece de sus raíces andaluzas. Y rinde un precioso homenaje -a la vez poético y divertido- a la impronta y al carácter andaluz. Empieza con una declaración y con un recuerdo histórico: "Andalucía no es donde termina Europa, es donde empieza. Aquí es donde se inició el Nuevo Mundo..."

Después viene ese canto emotivo al carácter de Andalucía. "El andaluz no es un acento, es un castellano entre amigos. Nuestros trajes no se lucen, ¡son de luz! En Andalucía no nos dan miedo los cuernos, los toreamos. No andamos por la calle, ¡la vivimos!". Por eso aceptamos la chispa y la gracia de esta sentencia: "Y en Andalucía no exageramos, son los demás los que se quedan cortos".

Sí, el amor a las raíces, la piedad hacia quienes nos han precedido, es el gran valor de este anuncio. Ahí está nuestro carácter y nuestra historia. Ahí está todo cuanto amamos y somos. Porque, en parte, es verdad que estamos hechos de Andalucía. ¡Y nos sentimos bien orgullosos!


viernes, 7 de octubre de 2011

7 Películas recientes con valores familiares (y 2)

(Continúa el artículo de Corinne Mannella iniciado el miércoles 5 de octubre).

- Up (Pete Docter and Bob Peterson, 2009). El anciano viudo Carl se embarca en una aventura para cumplir el sueño de una vida de su difunta esposa, explorar la Cascada del Paraíso en Sudamérica, cosa que Carl lleva a cabo con su casa volante arrastrada por miles de globos llenos de helio. Este éxito de la Disney-Pixar está repleto de elementos imaginativos infantiles y de divertidísimas ocurrencias, todas ellas integradas en el marco de un feliz matrimonio y del valor de las relaciones familiares. En los primeros 10 minutos del film, que resumen la entera vida matrimonial de la pareja, se ilustran un buen puñado de ideales: la belleza de la fidelidad matrimonial, el amor que mueve a los esposos a buscar el bien del otro y a vivir en modo extraordinario las cosas pequeñas de la vida ordinaria, la apertura a la vida, compartir los sufrimientos, etc. Al final de su arriesgada expedición, Carl se da cuenta que su aventurera esposa ha cultivado su “ordinario” matrimonio como la mayor aventura de su vida. La subtrama, con Russell, el estrafalario scout y náufrago familiar de ocho años que busca conseguir un badge, muestra sutilmente las penosas consecuencias que los matrimonios rotos producen en los hijos.

- Las crónicas de Narnia (The Lion, the Witch, and the Wardrobe-2005, Prince Caspian-2008: Andrew Adamson; The Voyage of the Dawn Treader-2010: Michael Apted). Las adaptaciones cinematográficas de las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis son una excelente expresión de verdades y valores cristianos. Las películas muestran con claridad la diferencia entre el bien y el mal y la continua guerra entre ambos. Aslan, figura de Cristo, ofrece su vida como sacrificio para salvar la vida de uno de los hermanos Pevensie y después torna a vivir. La película presenta la “magia” como símbolo de lo que la fe cristiana entiende como signo de la presencia de Dios en el mundo, o “gracia”. Incluso la resurrección de Cristo es explicada con la figura de una víctima inocente que entrega su vida. En Narnia el bien supera al mal. La esperanza es más fuerte que la desesperación. Hay también una clara percepción de la recompensa por el bien hecho, un “cielo”; se llama el país de Aslan y, simbólicamente también, se encuentra en el Este.

- El discurso del Rey (Tim Hooper, 2010). El Rey Jorge VI lucha afanosamente por superar su tartamudez, acentuada por el peso del discurso que tras su repentino ascenso al trono debe pronunciar a través de la radio, al alba de este nuevo medio de comunicación. La figura admirable del rey presenta nobles virtudes humanas, entre otras: tenacidad, abrazar las propias responsabilidades en todo lo que exigen, sacrificarse por el bien de los demás, desde sus hijos hasta la patria. Estas virtudes contrastan con la molicie e irresponsabilidad de su hermano mayor. En este exquisito film, ganador de varios Oscar, e inspirado en una historia verdadera, los papeles secundarios sirven para ilustrar figuras ejemplares: una mujer que ama, sostiene y es leal al marido; un cómico logoterapista de métodos heterodoxos que se convierte en un fiel amigo del rey y a quien ayuda a pronunciar su discurso radiofónico con el que Inglaterra declara la guerra a la Alemania nazi.

El Corto

- The Butterfly Circus (Joshua Weigel and Nick Vujicic, 2010). Un manco que forma parte de una sórdida barraca de feria de pueblo encuentra un nuevo circo donde descubrir su valor. La historia provoca la reflexión a la vez que despierta nuestro sentido de sobrecogimiento. A personas rotas por sus pecados o que, a los ojos del mundo, son despreciados por sus defectos físicos, se les da una nueva oportunidad para comprender su propia dignidad. Los miembros de este circo testimonian que la belleza puede nacer de las cenizas. Sus vidas son transformadas en obras de arte y sirven para inspirar a otros, generan alegría y dan paz. Disponible por el momento sólo en inglés en www.thebutterflycircus.com, con subtítulos en italiano y español en Youtube, este corto de 20 minutos se llevará a la gran pantalla en versión extensa.

jueves, 6 de octubre de 2011

7 Películas recientes con valores familiares

(Por Corinne Mannella, Análisis y Actualidad)

Leer una historia puede constituir una experiencia personal enriquecedora, que despierta nuestro sentido de asombro, que abre la mente para preguntarse y entender realidades humanas profundas con una nueva luz y mayor profundidad en la que el corazón es movido a aspirar a valores altos encarnados en las tramas y en los personajes.

Una experiencia similar puede darse cuando se ven películas, con la diferencia que en el cine la experiencia puede ser compartida con quienes están junto a uno, especialmente con la propia familia.

Como en todas las narraciones, no es sólo la enseñanza moral de la historia la que deja una huella en la persona, sino el modo en que esa enseñanza moral se plantea. Muchos films son producidos para enseñar algunos valores humanos, a menudo compartidos por la ética cristiana. En décadas recientes, muchos otros films contradicen una visión moral o desdibujan el mensaje en el proceso de contar la historia.

He identificado seis éxitos de Hollywood y un corto que consiguen transmitir valores familiares a través de la historia, los personajes y la puesta en escena. Han sido éxitos comerciales, a la vez edificantes y entretenidos, de cuya visión vale la pena gozar en familia.


- Amazing Grace (Michael Apted, 2007). Una intensa experiencia religiosa a resultas de un encuentro personal con Dios, lleva a William Wilbeforce a comprometerse en la lucha por la abolición de la esclavitud. Además del neto mensaje de que todos los hombres han sido creados iguales, se muestran muchos otros valores morales en esta película inspirada en una historia verdadera. Su conversión espiritual lleva a Wilbeforce a relativizar sus ambiciones mundanas. El personaje muestra el valor de la entrega, de la humildad, de la perseverancia por una causa justa cueste lo que cueste. El matrimonio se presenta en una luz positiva: el amor de su esposa rejuvenece su esperanza para seguir luchando por la causa en la que cree. Su mujer, audaz y brillante, los sostiene con su genio y apoyo. El film mueve a los espectadores a luchar por cosas grandes, como el sacrificio por la justicia y la paz para la humanidad.

- Prueba de fuego (Alex Kendrick, 2008). Un joven bombero intenta 40 caminos para salvar su matrimonio, a punto de romperse en parte por su culpa. A medida que se desenvuelve la historia, cambia el modo en que marido y mujer se ven mutuamente y cambian ellos mismos. El resultado es que su vida matrimonial se renueva. Esta divertida y conmovedora película muestra que merece la pena luchar y sacrificarse por el matrimonio, por un compromiso de fidelidad de por vida. Al final, la cualidad del matrimonio de ser a “prueba de fuego” (la metáfora del título en inglés es evidente: fireproof) es preservada y demostrada. Una crítica común al film es el tono moralizante que lo puede hacer menos atractivo a algunos espectadores, no obstante su buena construcción narrativa y visual.

- Horton (Jimmy Hayward and Steve Martino, 2008). Basado en el relato para niños del Dr. Seuss, el elefante Horton lucha para salvar la comunidad de animales que viven bajo un conjuro, y que ninguno de ellos cree que exista. Esta cinta de dibujos animados de larga duración saca, de la sencilla historia para niños, temas filosóficos como el concepto de una verdad trascendente y de la existencia de realidades que exceden nuestros sentidos. Hay muchos detalles que muestran con ingenio creativo una imagen positiva de la vida familiar, como la lucha del alcalde de Whoville por cultivar una buena relación con su hijo y sus esfuerzos para dedicar tiempo cada día a sus 96 hijas. Y, por supuesto, no falta la frase acuñada por el Dr. Seuss que resume el mensaje en favor de la vida de una historia que promueve la dignidad de la persona: una persona es siempre una persona, por pequeña que sea.

(2ª parte: viernes 7 de octubre)

lunes, 3 de octubre de 2011

Spot de la semana: "Qué significa amar al otro"

José Luis Esteve, seguidor del blog y gran conocedor del mundo audiovisual, me envía la referencia de la última campaña de Movistar, lanzada en televisión hace unas semanas.

Ciertamente, la campaña me parece un ejemplo interesante para analizar en esta sección, porque en ella procuro publicar anuncios que hagan pensar, que aporten optimismo y que muestren que lo comercial no está reñido con la ética ni con la defensa de los valores. Y esta campaña es modélica para esto.

¿De qué nos habla? De amor, de lo que significa amar a otra persona. Amar no es decirse cosas bonitas, ni experimentar grandes emociones... aunque el amor profundo incluye también esas manifestaciones de afecto.

Amar es sacrificarse por el otro, ser capaz de renunciar a uno mismo por el bien de la persona amada. Amar es ser feliz negándose a uno mismo si ese sacrificio le hace al otro más pleno, más maduro, más hermoso, más feliz...

Amar es identificarse con el amado: "Te quiero, te quiero tanto que soy feliz viéndote reír, y sufro viéndote llorar. Me siento bien cuando tú estás bien, cuando te veo alegre y realizado. Sí, me he olvidado de mí mismo, y resulta que así es como soy feliz, como siento la plenitud y la verdadera felicidad".

Esta idea ha sido desarrollada en la campaña a través de cuatro historias preciosas: la esposa, el marido, la madre, el amigo. Las cuatro ofrecen del amor ese significado de "sacrificio personal para hacer feliz al otro". Yo os las pongo aquí en el orden que: 1) mejor cuenta la historia; 2) más resalta la idea de fondo; 3) más me gusta cómo lo cuenta.

Y a ti, ¿cuál de las cuatro historias te ha gustado más? ¿Y qué piensas sobre lo que significa amar? En esta semana especialmente me gustará leer vuestras opiniones. Gracias anticipadas por vuestra colaboración.