jueves, 3 de noviembre de 2011

El infinito amor de una madre: sacrificar la vida por su hija

Stacy Crimm sabía que sólo un agresivo tratamiento de quimioterapia podía salvar su vida, pero decidió proteger a la bebé que llevaba en el vientre y se negó a recibirlo. Dio a luz a su hija Dottie Mae, y pudo sostenerla en sus brazos antes de morir.

En febrero de 2011 y con 41 años de edad, Stacy estaba convencida de que nunca tendría un hijo, pues los médicos le habían dicho que nunca sería capaz de concebir. Sin embargo, en marzo de este año supo que esperaba un bebé y eso le llenó de una alegría inmensa.

Pocas semanas después comenzó a padecer severos dolores de cabeza, visión doble y temblores. Le hicieron diversas pruebas, y en el mes de julio una tomografía computarizada reveló que tenía cáncer de cabeza y cuello. Los médicos le dijeron que tenía que escoger entre su vida y la de su bebé. Su decisión fue inmediata. Stacie renunció a la quimioterapia con la esperanza de sostener a su bebé sano en los brazos antes de morir.

Stacie fue capaz de sobrevivir durante el embarazo gracias a la ayuda de su familia. El 16 de agosto, Stacie sufrió un desmayo y fue llevada al hospital, donde los médicos le informaron de que el tumor comprometía ya su vida. Dos días después, le practicaron una cesárea. Dottie Mae nació con sólo 5 meses y un peso de 940 gramos, menos de un tercio de lo normal. Madre e hija ingresaron en cuidados intensivos. Pero ella estaba feliz en todo momento. "Este bebé era todo lo que tenía en el mundo", afirmó su hermano Ray, a quien Stacie le encomendó la tarea de velar por su hija.

Stacie luchó para sobrevivir al parto y resistió por varias semanas. Estaba muy débil para sostener a su bebé, y su bebé estaba muy débil para ser llevada a los brazos de su madre. "Le mostrábamos fotos, y ella lloraba por no poder tener a su hijita en brazos", añadió Ryan.

El 8 de septiembre Stacie dejó un tiempo de respirar, pero luego reaccionó. El personal médico advirtió a la familia de que estaba muy cerca de la muerte. Una enfermera, conmovida por el drama de esta mujer, organizó una operación desesperada y consiguió una unidad de cuidados intensivos en forma de cápsula para transportar a Dottie Mae hacia su madre. Las enfermeras llegaron con Dottie Mae y la pusieron sobre el pecho de su madre. Las dos se miraron a los ojos durante varios minutos.

Stacie murió tres días después. Su funeral fue el 14 de septiembre de 2011. En su obituario escribieron: "Dottie Mae fue la luz de su vida y su mayor logro. Ella optó por dar vida a su hija en lugar de tomar un tratamiento contra ella".

Dottie Mae fue dada de alta una semana después, y ahora vive con Ray, su esposa Jennifer y sus cuatro hijos en su casa de Oklahoma City. "Creo que es un milagro. Yo sólo quiero hacer lo que sea mejor para ella y lo que Stacie nos pidió que hiciéramos", afirma Jennifer.

(Aciprensa)

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