sábado, 28 de julio de 2012

Spot Juegos Olímpicos 2012 (2): "Para sus madres, siempre serán niños"

P & G ha vuelto a emocionarnos. La semana pasada os puse el anuncio que esta gran marca había lanzado en el mes de abril con motivo de la cita olímpica: "El mejor trabajo del mundo", un sentido homenaje a las madres de los atletas. Ellas han trabajado en silencio durante años -cuidando, animando, sosteniendo la ilusión de sus hijos- para que en estos días ellos puedan brillar delante de las cámaras y de todo el mundo. Sin embargo, ellas quedan en silencio, en segundo plano... plenamente felices, porque han podido ver el triunfo de sus hijos y la alegría de sus rostros. Sí, ellas deberían ser las grandes protagonistas de estos Juegos.

Hoy, que ya ha comenzado la efervescencia olímpica, quiero ofreceros la segunda parte del spot, "Kids", que pudimos ver por primera vez en televisión ayer por la noche, en los instantes previos al Acto de Inauguración. Fue lanzado en Internet el 10 de julio, para que pudiera ser visto por los deportistas antes de despedirse de sus madres. Y ayer lo vio todo el mundo, como un segundo y universal homenaje a las madres de todos los atletas.

Primero vemos la llegada de varios autobues, escoltados por la policía. En esos autobuses van los atletas que, para nuestra sorpresa, resultan ser unos niños. A continuación vemos a esos niños en una multitudinaria rueda de prensa, con la soltura de unos adultos. Después asistimos al desfile inagural, con los niños saludando al público. Después observamos sus caras indecisas, mientras se cambian en los vestuarios, y sus intentos en la cancha, en la tabla de gimnasia, con las pesas de halterofilia. Pero el momento más sublime es el salto de trampolín que un niño se dispone a hacer vuelto de espaldas, en un triple mortal de incierto desenlace. De repente, una madre se encoge en su butaca y sufre durante unos instantes por lo que pueda pasar a ese chico... Son así. Maravillosas, entregadas, siempre generosas.

Sí, para nosotros esos muchachos musculosos son atletas, pero para sus madres siempre serán niños, necesitados de afecto y de atención. Un bonito mensaje para recordar ahora, en los Juegos Olímpicos, y para vivir siempre, cuando cada uno conseguimos nuestras ilusiones y nuestras pequeñas metas. Porque siempre estarán a nuestro lado, pase lo que pase, como cuando éramos niños.

domingo, 22 de julio de 2012

Spot Juegos Olímpicos 2012: "Homenaje a las madres de los atletas"

Este viernes 27 de julio comienzan los Juegos Olímpicos. En los próximos días las cámaras de todo el mundo enfocarán a los atletas en su lucha por conseguir la victoria. Y muchos de ellos se convertirán en ídolos para siempre.

El interés informativo estará centrado en sus vidas: dónde nacieron, quién fue su entrenador, cómo lograron gestas increíbles. Hoy quiero recordar que esas gestas serán posibles porque detrás de cada atleta estaba su madre. Una madre que lo ha dado todo, sin regateos, por su hijo; que ha entregado su vida, durante años, para ayudarle a conseguir esa meta. Y ellas, todas las madres, probablemente quedarán en el olvido, tras el brillo de las cámaras y el fulgor de los grandes focos.

Por eso me gusta, y me emociona, y me parece tan conseguido este anuncio de Procter & Gamble, que ya publiqué en otra ocasión. El título es muy significativo: "El mejor trabajo del mundo".

En los suburbios de Pekín, una madre cansada descorre la cortina de una habitación: "Hola, mi vida. Es hora de despertar". En un pueblo perdido del Mid West, una joven madre toca el hombro de su hija : "Hora de levantarse, mi amor". Y lo mismo en Londres, en Kinshasa, en Sao Paolo. Las mismas acciones, con aparente monotonía, pero llenas de afecto. Luego presenciamos una cascada de tareas domésticas: preparar la comida, lavar la ropa, cuidar a los niños... Sobre todo eso, cuidar a los niños.

De repente, con cinco o seis años, el hijo o la hija despunta en el deporte. Parece que tiene un don. Y eso exige una dedicación extra para la madre. Ahora hay que llevar al hijo al estadio, o a la hija a la tabla de gimnasia. Y acompañarles en el esfuerzo, y sonreír cuando fracasan, y curar su esguince, y besarles con ternuraY así un día y otro, sin caer en la rutina. Hasta lograr la meta, hasta el último aliento, hasta el amor sin límites...

Acaba de suceder. Ella no puede creerlo. ¡Su hijo ha ganado en la Olimpiada y el estadio entero le aplaude puesto en pie! ¡¡Ha alcanzado su sueño...!! Por eso se emociona cuando él le sonríe, y le dedica el triunfo. Porque a ella se lo debe todo...

Como reza el eslogan final, la profesión más difícil del mundo es también la más hermosa. La más valiosa para la sociedad y la más necesaria para cada uno. Es, sin duda, la mejor profesión del mundo. Ojalá que nunca lo olvidemos...

lunes, 16 de julio de 2012

Spot de la Semana: "Decir 'Te quiero' antes de que sea tarde"

A veces nos cuesta decir a nuestros hijos que les queremos. Tenemos miedo a mostrarnos frágiles, quizás demasiado emotivos, y en deuda con lo que nos han aportado. Nos cuesta reconocer que les apreciamos, que nos han ayudado, que les echamos de menos...

Sobre todo: que les queremos. Cuesta decirlo a los propios padres, a la mujer o al marido... pero sobre todo a los hijos. Hace falta un poco de humildad para reconocer que nuestra mirada agria, esa que adoptamos para hacer valer nuestra autoridad, es sólo una careta: no es lo que verdaderamente sentimos, es sólo fruto de un orgullo que no siempre somos capaces de rectificar.

Es importante comprender esto. Que no les comprendamos no quiere decir que no les queramos. Quiere decir que son diferentes, quizás de otra generación... pero siguen siendo de nuestra familia, de nosotros, de nuestra vida. Siguen siendo nuestros hijos. Afortunadamente, historias como éstas no son muy frecuentes, pero nos hacen pensar.

Ojalá que nunca lleguemos tarde para decírselo... Ellos lo están esperando.

lunes, 9 de julio de 2012

"Si pudiera elegir, elegiría tenerte..."

Todos hemos conocido a alguien que ha sido padre con más de 50 años. Por eso nos parece tan humana la reacción del protagonista de este anuncio: “No me lo esperaba. No me veo preparado… ¡Yo ya no estoy para cambiar pañales!”.

A la vez, todos hemos visto como la paternidad nos cambia el corazón, nos rejuvenece y hace surgir en nosotros una ternura infinita. Yo lo vi en mis padres: ellos rejuvenecieron cuando fueron abuelos por primera vez… Vi el despertar de una nueva ternura que nos emocionó a todos sus hijos. La madurez es también una época para amar, para dar lo mejor de uno mismo.

El spot es la narración nostálgica de un hombre ya maduro que un buen día sabe que va a ser padre. Primero sobre viene el desconcierto, la angustia, el miedo a verse superado… Pero luego, cuando ve la carita del bebé recién nacido, todo cambia. Es preciosa la frase que pronuncia cuando coge al niño en sus brazos y lo recuesta sobre su hombro: “Entonces agarré el teléfono y llamé a todos mis amigos para decirles que la Beba y yo habíamos llegado a un acuerdo: Yo le cambio los pañales y ella me cambia la vida…”.

Esta publicidad llega en directo al corazón de la audiencia, y muy especialmente a quienes conocemos a padres que superaron los cincuenta. Creo que a todos nos ayuda a ver el mundo de otra forma. “Si pudiera elegir, elegiría tenerte…”.

lunes, 2 de julio de 2012

Spot de la semana: "¡Perdón, mamá!"

Los niños son un encanto. Siempre. Porque dicen lo que piensan, y porque sienten lo que dicen. Son sinceros, afectuosos, nobles. No hay simulación en ellos... (¿Oh tal vez sí?)

Este anuncio es un pequeño homenaje a su sinceridad, a los buenos deseos que guardan en sus corazones, y al afecto que sienten hacia sus madres. Quieren jugar, aprender, experimentar el mundo. Y eso puede exigir esfuerzo, constancia... incluso rebajarse hasta el barro. Pero saben que el fruto llega, que serán mejores, que el trabajo ilusionado siempre merece la pena.

Hay un doble juego en este anuncio, como en el que os puse en otro spot semejante: "The Force", la propuesta del Volkswagen Passat en 2011. En aquel se mezclaba el humor y el sentido de familia, la sencillez del niño y la comprensión del padre. También aquí se aprecia esa doble cara: la historia bascula de la sinceridad al engaño, de la ternura al humor. Pero no olvida la genuina rectitud que anida en el alma del niño. Y esto, aunque sus trastadas alguna vez disgusten a las madres...

Bien mirado, la última exclamación de todos esos niños no es más que la más sincera manifestación de lo que piensan y de lo que sienten. Un aplauso para la publicidad argentina.